Hay caminos que se cruzan, aguas que se tocan, vidas que sedan sentido. Él toca, ella canta. Pero ambos nos tocan con su encanto con la aventura de su música, de su arte, de su oficio.
Música que viene de aquí y de allá, de muchos paisajes y experiencias, de la piel y de las entrañas, música que te lleva y eleva, que se siente y se asienta, que te hace ser un oyente y un espectador de verdad: es sólo dejarse llevar… tan fácil y, a la vez, tan único.
Mili Vizcaíno (voz), natural de Villanueva de la Serena, y Rui Filipe (piano), natural de Lisboa, son La Barca, ibérica balsa cachivache que encontró un equilibrio que la sostiene y un balanceo que la transporta.
La Barca es mestizaje, coalición. Nace en las aguas del Tajo y del Guadiana y navega flotando en arpegios con aroma de cilantro y perejil. Sus remos tienen forma de voz y de piano; el viento que los impulsa, ecos ibéricos en sol sostenido.
Zarpan con sensibilidad, con compromiso, hasta tierra fértil. Se desgajan de lo antes conocido, como la balsa de piedra de Saramago, a quien le deben su nombre, para hacer fusión, jazz, lusofonía castúa armonizada en tonos y semitonos ecológicos, honestos.
“Materia Mestiza”, de garganta depurada y sensible pisada de pedal, es su primer arrojo. Sustancia fluida, mulata, enlazada en una hazaña comunicativa de Música en mayúsculas. Expresión, arte con levedad, complicidad, compromiso y albedrío; placer en temple puro. La Barca es ver para creer. Materia Mestiza, deleite para escuchar…
